Autor: Carlos Castro González
  Fecha: 12-12-01
  Título: Los nuevos medios audiovisuales
  Comentario:

Desde hace unos años estamos asistiendo a una verdadera revolución: el progreso de las tecnologías de la electrónica, la informática y las telecomunicaciones, en un proceso que se ha dado en llamar TIC, ha sido la chispa desencadenante del inicio de una transición hacia una sociedad más global y
desarrollada, la sociedad de la información.
Su avance es ya imparable y dentro de poco observaremos como aspectos tan cotidianos de nuestras vidas como el modo en que compramos, trabajamos, nos comunicamos e incluso aprendemos
va a transformarse radicalmente en una nueva realidad cada vez mas dependiente de la red y de los nuevos medios audiovisuales.
Un claro ejemplo de esta revolución lo constituye la educación.
Frente aquellos que defienden una educación más tradicionalista basada en la transmisión oral (los profesores) y escrita (los libros) se hace sin embargo más patente de incorporar las nuevas tecnologías.
Ya nadie duda que una sólida base de conocimientos informáticos es fundamental para desenvolverse en el entorno que se nos avecina. Pero además soy de la opinión que la enseñanza de las NNTT no sólo se restringe al propio campo de las NNTT sino que puede, y debe, circunscribirse a circulos
mas amplios y pasar a ser incorporada como herramienta del proceso docente en general.
Y cuando hago esta afirmación no sólo tengo en mente las tipicas aplicaciones que, para la enseñanza, tienen las TIC (lease educacion a distancia o videoconferencia,...) sino que hago referencia a TODAS
las nuevas tecnologías audiovisuales sin excepción entre las que, por supuesto, están incluidos los videojuegos.
¿Acaso alguien duda que la lectura de un libro o la participación en un coloquio pueden dejar de ser formativos por el solo hecho de no estar incluidos en la docencia en su sentido estricto de la palabra? De igual modo opino que el hecho de sentarse delante de nuestra pantalla de ordenador y ver una pelicula en DVD, navegar por Internet o incluso jugar a un viduojuego pueden resultar actos perfectamente formativos.
Los puristas dirán que eso, más que educación, ha de calificarse como ocio puro y duro: nos aporta diversión instantánea, sin ningún esfuerzo por nuestra parte y, para colmo, cuadriculando nuestra cabeza y dañando notoriamente nuestro desarrollo como seres sociales.
El error que se comete al realizar este tipo de criticas, es a mi juicio, el considerar que ambos panoramas, la educación clásica y la interactiva, son incompatibles o que el hecho de aprovecharnos de las ventajas que uno nos reporta redundará necesariamente en el abandono del otro sistema.
Nadie duda de la eficacia y profundidad que tiene el estudio "a codo" en la captación de conocimientos o las ventajas de una relación personal entre el alumno y el profesor... Pero ante estas ventajas también el nuevo panorama nos ofrece grandes pros como el desarrollo de nuestra menoria visual, de nuestra imaginación, de la coordinación motriz, amén de los contenidos que ello nos reporta, de la interactividad, la disponibilidad con independencia del lugar o el momento en que nos encontremos sin hacer mención de la facilidad con que para nosotros se llevan a cabo todos estos procesos.
Es por ello que debemos abrirnos a las nuevas ventajas que se nos abren en este nuevo mundo digital a pesar de las dudas y dificultades que en principio nos plantee, y todo ello sin olvidarse de los valores y métodos labrados en el pasado.